En un marco histórico sustentado en la competencia generalizada, definida esta como virtud y rasgo esencial del ser humano, nos planteamos si la pregunta central de nuestro tiempo es: ¿Nos hallamos ante un rechazo mundial de la democracia liberal y su sustitución por algún tipo de autoritarismo populista o de democracia iliberal? Pregunta plenamente legítima en un contexto geopolítico que, cada vez más, impone una representación de lo social y de la política en términos antagónicos, y se opone a los consensos por los que apostaba la democracia deliberativa.
En un marco histórico sustentado en la competencia generalizada, definida esta como virtud y rasgo esencial del ser humano, nos planteamos si la pregunta central de nuestro tiempo es: ¿Nos hallamos ante un rechazo mundial de la democracia liberal y su sustitución por algún tipo de autoritarismo populista o de democracia iliberal? Pregunta plenamente legítima en un contexto geopolítico que, cada vez más, impone una representación de lo social y de la política en términos antagónicos, y se opone a los consensos por los que apostaba la democracia deliberativa.