En una sociedad aconfesional y plural los grupos religiosos comprenden el acceso al espacio público y la participación como derechos de ciudadanía, legitimando ante la sociedad y las instituciones su estatus como actores sociales, diversos y de pleno derecho en la vida pública, y respondiendo, en aras de su reconocimiento e inclusión, a otras demandas sociales. A partir del caso de la comunidad musulmana de Madrid Baitul Muqarram, este texto analiza las prácticas y los discursos desplegados en el escenario público, estableciendo una clasificación de las estrategias desarrolladas para la consecución de sus objetivos de institucionalización.