Los avances de la reconquista siguieron en Cataluña como es habitual el trazado de los accidentes geográficos que pudieran proporcionar líneas de frontera naturales. Las comarcas nordorientales, muy vinculadas a la Cataluña Vieja, se consolidaban ya en el siglo XI con la línea de castillos que dibujaba casi de Norte a Sur el río Gaiá, cortando la Conca de Barberà, el Alt Camp y el Tarragonès, y dejando el Baix Penedès al Este. Es la época en que se inicia el apogeo del estilo que en el conjunto de sus variantes denominamos románico.