Cuando el arzobispo Juan de Aragón consagró en 1331, aún por terminar, la Catedral de Tarragona, ya se habían comenzado a construir en el conjunto catedralicio capillas independientes de los ábsides de la cabecera. El lento desarrollo de las obras de la Seo había logrado que un templo, concebido en principio con un planteamiento monástico, de acuerdo con las normas estilísticas de un Románico de plenitud, acabase aceptando las directrices del Gótico.
Cuando el arzobispo Juan de Aragón consagró en 1331, aún por terminar, la Catedral de Tarragona, ya se habían comenzado a construir en el conjunto catedralicio capillas independientes de los ábsides de la cabecera. El lento desarrollo de las obras de la Seo había logrado que un templo, concebido en principio con un planteamiento monástico, de acuerdo con las normas estilísticas de un Románico de plenitud, acabase aceptando las directrices del Gótico.