En el campo de la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras, la renuencia a hablar en clase es un fenómeno complejo y poliédrico que dificulta el adecuado desarrollo de la competencia comunicativa. Este fenómeno, con gran presencia en las aulas de Asia Oriental, ha quedado tradicionalmente vinculado a la imagen de un estudiante poco participativo, silencioso y con preferencia por estilos de aprendizaje pasivos. En este trabajo, a partir de la aplicación de dos cuestionarios, la Reticence Scale-12 y el CHAEA, analizamos el fenómeno de la renuencia y las preferencias de aprendizaje de los estudiantes taiwaneses de ELE sobre una muestra de alumnos universitarios. Posteriormente, empleando correlaciones estadísticas, observamos si existe alguna relación entre este rechazo a hablar en clase y los distintos estilos de aprendizaje. Los resultados obtenidos revelan un importante número de aprendientes renuentes a comunicarse, así como una preferencia mayoritariamente moderada por todos los estilos a excepción del estilo reflexivo. Por este último, en contra de lo que sería esperable, la mayoría de los encuestados presenta una preferencia baja. Por último, las pruebas estadísticas revelan correlaciones negativas y significativas pero bajas entre los estilos activo y pragmático y la renuencia a hablar en clase.
En el campo de la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras, la renuencia a hablar en clase es un fenómeno complejo y poliédrico que dificulta el adecuado desarrollo de la competencia comunicativa. Este fenómeno, con gran presencia en las aulas de Asia Oriental, ha quedado tradicionalmente vinculado a la imagen de un estudiante poco participativo, silencioso y con preferencia por estilos de aprendizaje pasivos. En este trabajo, a partir de la aplicación de dos cuestionarios, la Reticence Scale-12 y el CHAEA, analizamos el fenómeno de la renuencia y las preferencias de aprendizaje de los estudiantes taiwaneses de ELE sobre una muestra de alumnos universitarios. Posteriormente, empleando correlaciones estadísticas, observamos si existe alguna relación entre este rechazo a hablar en clase y los distintos estilos de aprendizaje. Los resultados obtenidos revelan un importante número de aprendientes renuentes a comunicarse, así como una preferencia mayoritariamente moderada por todos los estilos a excepción del estilo reflexivo. Por este último, en contra de lo que sería esperable, la mayoría de los encuestados presenta una preferencia baja. Por último, las pruebas estadísticas revelan correlaciones negativas y significativas pero bajas entre los estilos activo y pragmático y la renuencia a hablar en clase.