Es conocido el gran debate que el lenguaje inclusivo está generando no solo en los países de habla hispana, sino en el mundo. Mientras que las instituciones se muestran reticentes a su utilización, una parte de la sociedad como el colectivo femenino, masculino o LGTBIQ+ quiere lograr un cambio en la lengua para evitar la discriminación. El presente trabajo pretende analizar cómo influye la cultura de una sociedad a la hora de enseñar o aprender el uso del lenguaje inclusivo en una clase de ELE en países (China y Rumanía) con una actitud diferente hacia las mujeres o el colectivo LGTBIQ+. Para la realización de este estudio, se ha optado por la aplicación del método cualitativo mediante cuestionarios tanto al alumnado como al personal docente. Los resultados del estudio nos han permitido determinar que, en referencia a los profesores y las profesoras, las personas de género masculino pertenecientes al país rumano se muestran en contra al uso de alternativas, mientras que el sector docente chino a favor. Asimismo, los alumnos y las alumnas de ambos países han mostrado un mayor interés en el aprendizaje de una lengua más inclusiva.
Es conocido el gran debate que el lenguaje inclusivo está generando no solo en los países de habla hispana, sino en el mundo. Mientras que las instituciones se muestran reticentes a su utilización, una parte de la sociedad como el colectivo femenino, masculino o LGTBIQ+ quiere lograr un cambio en la lengua para evitar la discriminación. El presente trabajo pretende analizar cómo influye la cultura de una sociedad a la hora de enseñar o aprender el uso del lenguaje inclusivo en una clase de ELE en países (China y Rumanía) con una actitud diferente hacia las mujeres o el colectivo LGTBIQ+. Para la realización de este estudio, se ha optado por la aplicación del método cualitativo mediante cuestionarios tanto al alumnado como al personal docente. Los resultados del estudio nos han permitido determinar que, en referencia a los profesores y las profesoras, las personas de género masculino pertenecientes al país rumano se muestran en contra al uso de alternativas, mientras que el sector docente chino a favor. Asimismo, los alumnos y las alumnas de ambos países han mostrado un mayor interés en el aprendizaje de una lengua más inclusiva.