La cultura de los exámenes de lenguas referenciados a sistemas de estándares externos se está imponiendo progresivamente en el panorama internacional. El impacto sin precedentes del Marco común europeo de referencia (MCER) ha erigido a este documento en el principal sistema con el que se relacionan los resultados de los exámenes en todo el mundo. Este fenómeno lleva aparejado el reto de la argumentación de la validez y el de la superación de los problemas que presenta el MCER para este tipo de uso, lo cual implica la profesionalización y el compromiso ético de los agentes implicados en el desarrollo y la administración de exámenes.